Vocería

Cinco claves para que no lo saquen de contexto


Si usted es vocero, o en el mejor de los casos, es alguien que por esas cosas del destino le toca estar frente a los micrófonos de los medios de comunicación en las próximas semanas, es bueno estar levemente preparado y seguir algunos consejos prácticos.

Estos cinco consejos clave son el producto de años de investigación y desarrollo por medio de incontables sesiones de brainstorming, entrenamiento ejecutivo, entrevistas, proyectos de entrevistas y entrevistas off the record, largas juntas de beerstorming en distintos lugares, pubs, ciudades y países.

Por eso, si no quieren que los saquen de contexto dele una mirada a estos consejos antes de enfrentar los micrófonos.

  1. «Si no estás dispuesto a ver lo que dijo publicado en la portada del New York Times, entonces no lo digas» Eso me dijo durante una cena un colega en una cena de trabajo mientras preparábamos una sesión de entrenamiento para ejecutivos y creo que debe ser de las frases más simples y poderosas para cualquier persona expuesta a los medios. Diga lo que quiera, cómo quiera, pero siempre y cuando esté dispuesto a verlo publicado.
  2. No existe el off the record. Siguiendo la misma conversación, llegamos a la conclusión de que por lo tanto, para las personas que ejercen una vocería, no existe el off the record. Sin dudas es una herramienta valiosa, pero mi recomendación es que la deje en el equipo que le asesora. EL OTR -por su siglas en inglés- permite trabajar situaciones complejas, entregar contexto, ser citado pero bajo anonimato, y un largo etcétera. Es una herramienta que se basa en la confianza mutua y si esta se pierde, perfectamente se puede romper.
  3. La entrevista empieza cuando a uno le solicitan el tiempo para hablar y termina cuando se publica. No antes. Ni cuando el periodista apaga la grabadora, ni cuando guarda el cuaderno de notas, ni cuando deja el edificio. Una de las técnicas más viejas del periodismo es dejar la pregunta clave para el final, así cómo quien no quiere la cosa. Helia Molina, la ex ministra de Salud es el último caso conocido, pero los que peinamos más canas podemos acordarnos del ex ministro de Vivienda, Edmundo Hermosilla cuando al finalizar una conferencia de prensa en medio del escándalo de las casas Copeva, una periodista le pregunta si era verdad el rumor ese de que le habrían regalado un par de caballos. El resto es historia.
  4. Prepárese. Las entrevistas y declaraciones no son una instancia en el cuadrilátero, pero eso no quiere decir que no entrene. Entienda cuál es su historia y practique frases cortas, palabras pegajosas, analogías. Entienda a quien le habla -que no es sólo el periodista- y adapte su lenguaje. Sino, no lo van a entender. Y de ahí al «me sacaron de contexto» hay un paso.
  5. No mienta. Puede sonar muy obvio, pero a veces no lo es tanto. Por esas cosas del destino, como dijo la senadora Von Baer, se cometen «Errores involuntarios» y a aunque ella no lo crea, no valen callampa.

Pero no se estrese. Esto de las vocerías es algo que requiere práctica, paciencia y voluntad de mejorar permanentemente. Si cree que necesita ayuda, avise, que para eso estamos.

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«Es que me sacaron de contexto» Parte II


Hace unos días hablábamos de que cuando alguna figura pública decía algo que no correspondía, la primera excusa que daba era que en realidad la publicación no reflejaba lo que en realidad quiso decir y que si lo había hecho, era en el entendido de una respuesta más larga y profunda. Por lo tanto, lo que reflejaba el medio era sólo una parte de lo expresado y que las palabras estaban fuera de contexto.

Cómo diría un argentino: andáaaaaa!!!!!!

Lo del embajador Contreras no tiene ni patas ni cabeza. Algo hay, creo yo, que hace que gente relativamente inteligente le den la oportunidad de hablar y diga estupideces. Lo que no hubo, claro está, fue preparación. Es cosa de mirar la entrevista publicada en la página web de La Diaria.

El caso del embajador es un pequeño caso de manual con respecto a cómo NO encarar el trabajo de comunicaciones. Aquí 5 tips básicos:

  1. Si no tiene nada que decir o aportar, no hable.
  2. Si usted es un vocero que representa a alguien o algo, usted no habla a título personal. Esto es aún más claro en el caso de un embajador, quien debe actuar como un vaso comunicante entre los objetivos políticos de la Presidencia en el exterior y los países en los cuales trabajan.
  3. Definir mensajes, ideas fuerza. Los que debe estar alineados con los objetivos más amplios de su organización. Sino se produce disonancia. Sino, lo llaman a informar.
  4. Entender cuánto dura una entrevista. Se sorprendería saber que las personas creen que las entrevistas duran el tiempo que está encendida la grabadora (o el smartphone para ser más posmoderno). Y en realidad no es así. La entrevista comienza cuando se contactan por primera vez, cuando se reúnen para hablar del contexto, cuando efectivamente tienen la entrevista, cuando se publica y cuando se publican las ratificación del medio al sentirse afectado por una acusación de no ceñirse a lo dicho por el embajador. Entender la vida del ciclo noticioso es básico. Y ojo, que el off the record no existe, eso es sólo para profesionales.
  5. Practique. Antes de la entrevista busque a alguien que pueda hacerle preguntas posibles, vea sus respuestas y hagan el juego de buscar un titular ante lo dicho. ¿Me pregunto si lo habrán hecho?

En definitiva, la performance del embajador fue a lo menos amateur. Y su respuesta también, se quedó a medio camino. Pidió las disculpas correspondientes, pero debió haber renunciado.